Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en https://albiefqyl698277.blogchaat.com/38770951/el-cabezazo-de-zidane-y-sus-repercusiones-mediáticas