Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un tapiz https://larissapgir222078.mybloglicious.com/58484646/el-cabezazo-de-zidane-y-su-impacto-cultural